Stefanie María Graf, nació el 14 de junio de 1969 en Bruhl, Alemania. A los tres años ya practicaba con su raqueta de tenis (aunque era demasiado pesada para su edad), guiada por su padre, Peter Graf. Fue la primera alemana en ganar el Orange Bowl y contaba solamente con 12 años.
En 1986 alcanza su primera victoria como profesional. Diez años después, un 6 de julio de 1996, llega a los 100 triunfos, al obtener por séptima vez el triunfo en el All England Tennis & Croquet Club de Wimbledon.
La década de 1980 fue de continuo ascenso para la tenista. Y con sólo 17 años, en 1986 obtuvo los primeros títulos, al vencer a Christ Evert y a Martina Navratilova. Fue elegida la Deportista del Año en Alemania.
En 1987 ganó por primera vez Rolland Garros y se convierte en la número uno del ránkind mundial. Y sigue en ascenso su cosecha de triunfos, cuando en 1988 vence por primera vez en Wimbledon, y nuevamente en Rolland Garros, además de los abiertos de los Estados Unidos de América y de Australia, alcanzando el Grand Slam.
Obtiene la Medalla de Oro en Seul'88, en los Juegos Olímpicos, y en 1989 es vencida en Rolland Garros por la española Arantxa Sánchez.
La década de 1990 fue más difícil para la tenista germana, aunque su temple y su esfuerzo trataron de superar los escollos. No es fácil lograr individualmente vencer y sortear dificultades para llegar al triunfo, en un deporte como es el tenis, en el que se está solo con su fuerza interior, ante situaciones límites, miedos y dudas, y sólo los grandes jugadores que tienen el coraje y la garra necesarios, logran sobrellevarlas.
A Steffi Graf la vida también le exigió garra y coraje. La gloria que iba alcanzando en el tenis, no alcanzó para evitar el dolor, cuando su padre se enredó con una corista, tuvo un hijo y fue denunciado, lo que provocó la destrucción de su familia. Steffi sintió el impacto, es un ser humano y como tal se vio afectada, perdiendo en ese lapso el Nº 1 pero siguió luchando. Cuando volvió a recuperar su familia, logrando la unión de sus padres nuevamente, salió a las canchas a reconquistar su puesto.
Utilizando nuevas técnicas, como el revés con top-spin, y así salió a las canchas internacionales y así la encontró en Londres Gabriela Sabatini, a la que venció en las semifinales con un 6-3 y 6-3 limpio y definido; y luego, Mónica Seles, a la que arrasó con un 6-2 y 6-1. Este fue el período de la resurrección de Steffi en el mítico All England, la catedral del tenis mundial, en 1992.
Su padre volvió a tener traspiés, y cuando en 1997 fue condenado a pena de prisión por evasión de impuestos, sumándose a algunas lesiones que venía sufriendo Steffi, provocaron una serie de altibajos en la carrera profesional de la tenista. Y estas fluctuaciones continúan hasta que en 1999, por efectos de dichas lesiones se vio obligada a renunciar a siete torneos, y sorpresivamente, con la calidad de los grandes que, como el ave fénix, resurge de entre las cenizas, Steffi Graf logró ganar en Rolland Garros y vencer en la final a Hingis. Steffi será recordada entre los grandes como una deportista que nunca bajó los brazos.